Prórroga para una peregrinación de más de 800 kilómetros al olvidar un sello de la compostela

untitledEl italiano Carmine Paolino y el ruso Olegan Alev tenían planificado terminar el 31 agosto en el Obradoiro su peregrinación desde Saint Jead Pied de Port. Sin embargo, tuvieron que posponer su final más de lo previsto al no poder recoger la compostela. Una vez llegaron a la Oficina del Peregrino, les informaron que no era posible otorgársela porque les faltaban los sellos de la etapa de Portomarín.

«Fue un descuido, nos olvidamos de sellar la credencial», afirmaron estos dos compañeros de universidad en Italia, que decidieron realizar el Camino Francés tras finalizar el curso. Pero no quieren quedarse sin conseguir el documento que certifique su paso por la ruta jacobea, por lo que partirán hoy hacia Finisterre. «Es una pena que no nos reconozcan los más de 800 kilómetros», manifestó Olegan.

Pese a ello, la valoración del Camino es positiva. «Es una experiencia impresionante en la que conoces a mucha gente con historias conmovedoras y a personas con diferentes formas de vida que tú. Es algo verdaderamente interesante», dijo Paolino.

También Cornelius Van Oers sufrió contratiempos en su peregrinaje por la ruta primitiva desde Oviedo. Este holandés nunca había visitado España y, tras oír hablar del Camino en la Sociedad Holandesa de Santiago, decidió iniciar la aventura. En su caso la hizo solo, condición que le ha servido para «ser mejor persona que antes y conocer a gente maravillosa con la que pude entablar amistad. Es la magia del Camino».

Al hacerla en solitario, reconoce que ha sido una ruta «bastante silenciosa», aunque que «en el Camino tú nunca estás solo». Para él, la última etapa fue la más ardua, ya que tuvo que recorrer los últimos 28 kilómetros con un esguince en la rodilla izquierda.

Imagen: Carmine Paolino y Olegan Alev
Fuente: La Voz de Galicia