Jeroen persiguió a un vecino de León al que acusaba de robarle la mochila

El peregrino belga portaba una navaja y manifestó sus sospechas a la Policía Local.

El belgaEl robo que sufrió Jeroen Schelstraete, el belga cuyo cadáver apareció el viernes en el Centro de Tratamiento de Residuos (CTR), desencadenó el altercado por el que el peregrino terminó en la comisaría, según se desprende del testimonio de un leonés, que ha preferido mantener su identidad en el anonimato.

Según relataba ayer a este periódico, cuando salió de trabajar de una oficina situada en una céntrica calle de León pasadas las siete de la tarde del miércoles de la semana pasada —día 7—, escuchó a alguien recriminarle «el robo de la mochila». Sin embargo, en principio no se sintió interpelado y siguió su camino. Fue al volver a escuchar la acusación «cuando me volví y vi a un hombre, con una navaja en la mano, que aseguraba que le había robado».

Ante la situación, optó por salir corriendo —es un deportista aficionado a las carreras de montaña— en dirección a la Comisaría de la Policía Nacional. Jeroen Schelstraete le siguió «navaja en mano».

Cuenta que ya en la calle de la Villa de Benavente topó con la Policía Local, solicitando su amparo. «Al verme con los agentes, no escapó, sino que continuó hacia mí. En ese momento comprendí que, efectivamente, había sufrido un robo. Me dio pena», añadió.

Sin denuncia

Es entonces cuando la Policía Local identificó al perseguido, que mostró su documentación, y al perseguidor, que había perdido el pasaporte, que se encontraba entre los objetos que le habían hurtado. «Me ofrecieron presentar una denuncia, pero no lo creí oportuno», mientras que al ciudadano belga se le trasladó sobre las 19.20 horas a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía para su identificación —como se relató en la crónica publicada ayer—. Schelstraete abandonó las dependencias policiales sobre las 21.00 horas. Fue entonces cuando se puso en contacto con su familia por última vez.

Según la versión del vecino de León, Schelstraete le señaló ante los agentes como el autor del robo de su mochila. «Cuando esta mañana he visto su fotografía en el periódico me he quedado blanco», relató. Según su versión, el peregrino hablaba con corrección el español y su aspecto era aseado, aunque le notó nervioso.

Imagen: Jeroen Schelstraete. DL

Fuente: Diario de León