El gerente del Xacobeo ve posible mejorar las cifras de afluencia si se cuida «la experiencia»
El historiador medieval Rafael Sánchez Bargiela (Tui, 1961) va a cumplir cuatro años al frente de una Sociedade Anónima de Xestión do Plan Xacobeo mucho más modesta que la que nació en 1991 y que fue medrando entre fastos hasta pasado el año santo 2010, cuando todo se tambaleó en este país. Todo menos la afluencia de peregrinos, que siguió subiendo hasta alcanzar los 300.000 hace un mes, un récord histórico que también invita a reflexionar.
-Las cantidades que rodean al Camino son incuestionables, ¿y la calidad de lo que ofrecemos?
Mantenemos un nivel de satisfacción muy alto entre los peregrinos que hacen el Camino, y lo mejor es que da igual que preguntes en temporada alta o baja. Los resultados son uniformes entre todas las nacionalidades.
-¿De qué niveles de satisfacción hablamos?
Similares a los del 2010, cuando ya superaban el 80 %. Además tenemos otras señales positivas, como la fidelización de los peregrinos. Todos quieren repetir y recomendarían la experiencia. Eso es lo que tenemos que cuidar, es nuestra gran responsabilidad y es ahí donde se puede notar el trabajo del Xacobeo.
-¿Si la experiencia es similar en julio y en diciembre, por qué hay tanta diferencia de afluencia?
Lo mejor del Camino es que es capaz de responder a las expectativas de cada uno y lo cierto es que las cifras crecen incluso en meses como diciembre, en el que tuvimos jornadas del puente con más de doscientos peregrinos. Establecimientos privados del Camino Francés y de Fisterra han decidido no cerrar por primera vez porque están recibiendo reservas. Y por suerte o por desgracia, el tiempo seco ayuda.
-Y entre tanta cifra tan positiva, ¿le tiran de las orejas por algo que no funciona bien?
En la gestión de la acogida somos conscientes de que hay cosas que mejorar, como la accesibilidad para discapacitados o la seguridad vial de los peregrinos, en la que se han dado pasos, pero todavía queda mucho trabajo por delante.
-El Camino Francés crece en cifras absolutas y al mismo tiempo está cediendo protagonismo a otros itinerarios. ¿Es la mejor vía para evitar la masificación?
Es cierto, eso tiene que ver con la fidelización de los peregrinos de la que hablaba. Repiten, pero es normal que busquen un Camino alternativo. En esa línea estamos trabajando. Hace unas semanas, por ejemplo, he participado en un acto para señalizar una ruta ecuestre de la Vía de la Plata, que es de las que tiene menos ocupación.
-¿Existe algún límite identificado de masificación?
Turismo de Galicia y la Universidad de Santiago están trabajando en ello a través de estudios, pero lo relevante es que el peregrino que viene en esas épocas de mayor afluencia ya sabe a lo que se expone, y siguen satisfechos con su experiencia. Son cuestiones en las que hay que afinar, porque a veces transmitimos la imagen de que el Camino está saturado cuando hay muchas rutas: Galicia tiene nueve itinerarios distintos y 1.500 kilómetros oficiales, así que ofrece todas las alternativas.
-¿Qué opina de la proliferación de iniciativas extremas o deportivas en torno a la ruta jacobea?
Es cierto que existen iniciativas de todo tipo, algunas curiosas, pero nuestra gran preocupación más allá de las cifras es que se viva la experiencia de la peregrinación, que exista un encuentro personal, interior, con la naturaleza, con un aspecto espiritual o religioso si se quiere, pero una experiencia al fin y al cabo. Si existen esos valores, los peregrinos se convierten en grandes prescriptores y son los primeros que animan a otros. De otra forma corremos el riesgo de que se convierta en un mero transeúnte por el Camino.
-El peregrino gasta poco.
El peregrino tiene una estancia media superior a seis días en Galicia, más que el turista tipo. Y normalmente vuelven después como turistas.
-Hasta el jacobeo 2021 quedan varias elecciones por el medio. ¿Podría sufrir desajustes la organización?
La Xunta ha aprobado la comisión preparatoria del jacobeo en la que esperamos articular una programación en la que no influya ningún tipo de cambio político. Son cosas que hay que preparar con una previsión amplia para que salgan bien.
-¿Habrá tantos millones como los de antes?
Vamos a hacer una programación de calidad a la medida de lo que puede hacer Galicia. Los tiempos han cambiado, pero estoy seguro de que va a responder a las expectativas de un acontecimiento de proyección internacional.
-El Camino tiene mucho de Galicia, pero también de España, ¿percibe el apoyo del Gobierno central?
El Camino es embajador honorario de la marca España, y el Consejo Jacobeo ya está tramitando la solicitud para que en los próximos años haya desgravaciones fiscales para las aportaciones de las empresas, así que el compromiso existe.
-¿Van a recuperar el Pelegrín?
Lo estamos analizando, recuperar esta figura o buscar otra.
-¿Habrá que invitar al papa, no?
El arzobispo Julián Barrio nos dijo que lo iba a invitar para el 2021, y yo espero que venga a Galicia igual que hicieron Juan Pablo II y Benedicto XVI.
-El peregrino 300.000, norteamericano, supo del Camino por la película «The Way», ¿hay que insistir en ese tipo de promoción?
Nosotros colaboramos con investigadores y escritores, como estamos haciendo en Corea, y esa labor siempre da sus frutos. Es importante insistir porque hay presencia del Camino que desconocemos y que no controlamos. Recientemente me hablaron de un libro de intriga que está teniendo éxito en Estados Unidos en el que un personaje de la trama se propone hacer el Camino, aunque al final no viene. Son elementos que se nos escapan de las manos, pero que surgen porque intentamos estar siempre presentes.
-¿Cuál es la mayor amenaza del Camino?
Hay muchos elementos coyunturales, acontecimientos que pueden perjudicar… pero creo que durante algunos años tiene garantizada la continuidad si conseguimos que todo el mundo se sienta peregrino y mantenemos las relaciones con las más de 300 asociaciones, cuyos miembros son grandes prescriptores. Pero, bueno, ya sabemos que, visto con una perspectiva histórica, el fenómeno jacobeo tuvo altibajos, y seguro que los habrá, pero no a corto plazo.
Imagen: Paco Rodríguez
Fuente: Juan Capeans – La Voz de Galicia