La noticia dada a conocer por diversas agencias, referido a que el pasado miércoles día 24 de agosto en un parque de Burgos ‘fue detenido un varón peregrino de 40 años que golpeaba a su pareja porque él quería proseguir el Camino de Santiago en solitario’, pudiera parecer increíble y hasta de chiste, pero el hecho ha sido real, totalmente desgraciado y absolutamente condenable: en cuanto violencia de género, en primer lugar, y en tanto que el Camino de Santiago es ámbito de encuentro, genuino ámbito de encuentro de uno mismo con todos los demás y con ‘todo lo demás’.
Y si no te gusta el panorama jacobeo lo tienes bien fácil: solo tienes que dar un solo paso y salirte del Camino.
Y volviendo a lo principal, a la violencia de género, ¡qué el Apóstol te pille confesado, mal peregrino!