El peregrino que esquivó su fecha de caducidad

Con 11 años le diagnosticaron ataxia y le dijeron que moriría antes de los 20. Tiene 46 y va hacia Santiago

ps16c8f1Alberto Padrino, canario de Tenerife, en teoría, tendría que llevar unos 25 años muerto. Eso al menos fue lo que le dijeron a sus padres cuando, siendo un niño, le diagnosticaron ataxia, una enfermedad que ocasiona un deterioro progresivo del sistema nervioso. «Fue muy duro, tenía once años y a mis padres les dijeron que no pasaría de los 20, que moriría joven», dice él. El caso es que se rebeló contra su fecha de caducidad. Y de qué manera. No solo tiene 46 años y sigue vivo, sino que se ha convertido en una suerte de aventurero. Precisamente, su vitalismo, sus ganas de superarse y su heroicidad son las que hicieron que estos días esté en Galicia. Se ha convertido en peregrino. Inició el Camino Portugués el domingo en Tui y ayer, sobre las tres de la tarde, bromeaba con el parecido de su apellido, Padrino, con el del pueblo que estaba a punto de pisar, Padrón. No viene solo. De hecho, la forma en la que peregrina es especial. Le llevan en una silla sin motor de diseño francés, una Joëlette, once personas, que se turnan como pilotos. Pero, de cuando en vez y pese a que lo habitual es que vaya en silla de ruedas, Alberto da unos pasos. «El Apóstol me ayuda», confiesa él.

Todo empezó hace años. Alberto, al que le tocó convivir con la enfermedad desde niño, siempre tuvo que claro que había nacido para luchar. «No te puedes rendir nunca», insiste. Y en ese afán suyo por superarse, pese a los achaques, pese al progresivo avance de la patología, intentó estudiar como cualquier otra persona de su edad. Llegó al bachillerato. Dice que luego no tuvo suerte con la vida laboral, que para las personas con discapacidad las cosas no son fáciles. Supo rodearse de amigos con energía positiva. Los encontró, por ejemplo, en la Asociación Montaña para Todos, un colectivo sin ánimo de lucro cuya meta es que personas con discapacidad puedan hacer senderismo y actividades de ocio en la naturaleza, para lo cual utilizan las sillas Joëlette.

Con esta asociación y con la silla como gran punto de apoyo, aunque intenta dar algún paso apoyado en sus compañeros de sendero, Alberto lleva tiempo haciendo sus pinitos por el monte. Pero nunca creyó que podía enfrentarse a un reto gigantesco. Soñaba con el Camino de Santiago, pero le parecía una odisea imposible. «Ten en cuenta que muchas personas con mi misma enfermedad, incluso que la tienen desde hace mucho menos tiempo que yo, están muy mal y no se mueven de la silla de ruedas», dice. Aunque la intendencia y el esfuerzo económico eran grandes, la asociación decidió que merecía la pena intentar cumplir el sueño de Alberto. Se preparó todo cuidadosamente, se engrasó la Joelëtte, que se empuja a mano y haciendo equilibro, y se puso rumbo a Galicia. Llegaron el domingo. Son doce personas: once pilotos y Alberto, que ayer tenía muy claro que está «flipando en colores». Memé, que oficialmente se llama Carmen Rodríguez, es la coordinadora de los pilotos voluntarios. Cuenta ella que se turnan de dos en dos para empujar la silla y que, en las subidas, hay refuerzos. Memé también está disfrutando. «Esto es una maravilla», cuenta. Se quedó prendada de Pontevedra, donde estuvieron anteayer. Y confiesa que un poco más adelante, en Caldas, tuvieron la tentación de abandonar la ruta jacobea.

Imagen: Ramón Leiro.

Fuente: La Voz de Galicia.

 

Arturo Franco publica «El camino dibujado. De Asís a Compostela»

«En los ocho caminos jacobeos -advierte- es donde se puede conocer Galicia»

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«Hay en aquel lugar lejano y antiguo un pequeño camposanto lleno de recogimiento religioso. Las tumbas se ordenan en hileras, piedras gigantes, lousas de pizarra, joyas de la naturaleza que solo se usan para los actos solemnes de la vida…». Así describe Arturo Franco Taboada el cementerio de O Cebreiro. Lo hace en el volumen que presentó anoche en la librería Arenas de A Coruña, El camino dibujado. De Asís a Compostela. La cocina en los caminos (Editorial Antilia).

El origen de este libro está en la visita de Francisco de Asís a Galicia, en el año 1214, «algo que al parecer no está totalmente certificado», apunta el arquitecto y escritor. De todos modos, con motivo de los 800 años de dicha peregrinación, Franco Taboada recorrió, con unos amigos, el camino desde Asís: «Estuvimos en ciudades como Sansepolcro, Arezzo, Perugia… Hicimos mil kilómetros en tres días». Y después, dice, dio «el salto a los ocho caminos de Santiago que, según los especialistas, cruzan Galicia, curiosamente, dos de ellos en cada una de las orientaciones cardinales», recordaba ante el público que abarrotaba el local de la presentación. Para el autor del libro, publicado en español e italiano, dichas rutas son las que vertebran el territorio gallego y «en el entorno de estos ocho caminos es como mejor se puede conocer Galicia». Y es que, destaca, se trata de espacios donde «hay mucho patrimonio». En el libro, sobre sus dibujos, el autor ha escrito impresiones, historias y anécdotas, algunas del último viaje y otras de recorridos como el que hizo a caballo, a comienzo de los años 90, «cuando casi ni había xacobeo», desde O Cebreiro a Compostela.

Del volumen se publican 50 ejemplares numerados, pero «se han agotado, es un betseller, de provincias, pero un betseller», apuntaba el autor al inicio del encuentro.

El prólogo es de un experto en las formas de peregrinación cristiana durante la Edad Media, sobre todo en el Camino de Santiago: el historiador y escritor italiano Paolo Caucci von Saucken, «que no pudo estar en la presentación», lamentaba Franco. Quienes sí acudieron, y participaron, fueron Javier Ozores y Rafael Astor, mientras que José Manuel Piris envió un nota, leída en el acto.

Imagen: Cesar Quian.

Fuente: La Voz de Galicia.

Jeroen persiguió a un vecino de León al que acusaba de robarle la mochila

El peregrino belga portaba una navaja y manifestó sus sospechas a la Policía Local.

El belgaEl robo que sufrió Jeroen Schelstraete, el belga cuyo cadáver apareció el viernes en el Centro de Tratamiento de Residuos (CTR), desencadenó el altercado por el que el peregrino terminó en la comisaría, según se desprende del testimonio de un leonés, que ha preferido mantener su identidad en el anonimato.

Según relataba ayer a este periódico, cuando salió de trabajar de una oficina situada en una céntrica calle de León pasadas las siete de la tarde del miércoles de la semana pasada —día 7—, escuchó a alguien recriminarle «el robo de la mochila». Sin embargo, en principio no se sintió interpelado y siguió su camino. Fue al volver a escuchar la acusación «cuando me volví y vi a un hombre, con una navaja en la mano, que aseguraba que le había robado».

Ante la situación, optó por salir corriendo —es un deportista aficionado a las carreras de montaña— en dirección a la Comisaría de la Policía Nacional. Jeroen Schelstraete le siguió «navaja en mano».

Cuenta que ya en la calle de la Villa de Benavente topó con la Policía Local, solicitando su amparo. «Al verme con los agentes, no escapó, sino que continuó hacia mí. En ese momento comprendí que, efectivamente, había sufrido un robo. Me dio pena», añadió.

Sin denuncia

Es entonces cuando la Policía Local identificó al perseguido, que mostró su documentación, y al perseguidor, que había perdido el pasaporte, que se encontraba entre los objetos que le habían hurtado. «Me ofrecieron presentar una denuncia, pero no lo creí oportuno», mientras que al ciudadano belga se le trasladó sobre las 19.20 horas a la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía para su identificación —como se relató en la crónica publicada ayer—. Schelstraete abandonó las dependencias policiales sobre las 21.00 horas. Fue entonces cuando se puso en contacto con su familia por última vez.

Según la versión del vecino de León, Schelstraete le señaló ante los agentes como el autor del robo de su mochila. «Cuando esta mañana he visto su fotografía en el periódico me he quedado blanco», relató. Según su versión, el peregrino hablaba con corrección el español y su aspecto era aseado, aunque le notó nervioso.

Imagen: Jeroen Schelstraete. DL

Fuente: Diario de León

Buzos de la Guardia Civil se suman a la búsqueda de un peregrino coreano desaparecido en Fisterra

Jim Ha Cho, de 41 años, había fotografiado con su cámara la zona de acantilados donde se encontró su mochila

_jpg-2-fisterraEl surcoreano Jim Ha Cho, de 41 años, cuya mochila fue localizada en el cabo Fisterra el viernes por la tarde, había fotografiado con su cámara esa misma zona de acantilados donde se encontraron sus pertenencias, que fueron llevadas por unos turistas al bar más próximo, al tiempo que alertaban al 112.

Según ha trascendido de las pesquisas realizadas por la Guardia Civil, el equipo, de una marca japonesa de alta gama, tenía registradas esas imágenes, que no está claro si fueron tomadas por el propio peregrino accionando el disparador o si dejó la cámara sobre las rocas junto a la mochila, con el temporizador activado, lo que podría indicar la intención de fotografiarse a sí mismo.

Lo que sí se ha confirmado, cuando han pasado ya más de cuatro días, es que no estaba registrado en ningún hotel o albergue de la zona, con lo que la hipótesis más sólida es que se alojase en Santiago y que desde allí se desplazase a Fisterra por medios que se desconocen.

La familia, que reside en Seúl, donde Jim Ha Cho dirige un estudio de arquitectura e ingeniería, ya ha sido informada de lo sucedido, según le trasladó la Guardia Civil al gobierno municipal, que, por el momento, no tiene confirmación, ni directa ni de la embajada en España del país oriental, de que esté previsto el desplazamiento de alguno de sus miembros a Fisterra.

Mientras tanto, ayer continuaron por segundo día consecutivo las labores de búsqueda, a las que se ha incorporado el Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil. Los submarinistas realizaron varias inmersiones, primero en la parte interior del cabo, donde se lo permitió el intenso mar de fondo de ayer, y posteriormente en la zona conocida como Porto das Moscas, donde el año pasado se recuperó el cadáver de un policía de Fuenlabrada.

Precisamente a este caso se refirió el teniente de alcalde de Fisterra, Xan Carlos Sar, para denunciar que los medios activados en la búsqueda, al igual que ha ocurrido con otros desaparecidos, entre ellos marineros, «no son los mismos» que cuando ocurrió lo del policía.

Imagen: Jorge Parri.

Fuente: La Voz de Galicia.

 

Una muestra sobre el Códice Calixtino en la capilla de la USC

s07l1069Desde hoy a las 13.00 horas hasta el 3 de noviembre en la Iglesia de la USC. Con motivo de la candidatura del Códice Calixtino al Registro Internacional de la Memoria del Mundo de la UNESCO, Turismo de Galicia inaugura en la iglesia de la universidad la exposición Á luz do Calixtino. El Códice de Santiago. Esta exposición reúne láminas, fotografías del Camino y textos originales del Liber Sancti Iacobi. Estará abierta de lunes a sábado.

Imagen: Xoán A. Soler.

Fuente: La Voz de Galicia.

La desaparición de un peregrino revive temores en el Cabo Fisterra

Localizaron su mochila el sábado en el sitio donde murió un policía madrileño

cs12c1f1Por el momento no hay más que una mochila que quedó abandonada en el Cabo Fisterra, pero el sitio en el que fue localizada, que su dueño no haya aparecido día y medio después (al cierre de esta Edición), y todos los antecedentes que tiene la zona han revivido entre las fuerzas de seguridad, responsables municipales y vecinos los peores fantasmas de otros hallazgos similares que tuvieron un desenlace trágico.

Las pertenencias de Jim Ha Cho, un peregrino coreano de 41 años, las recuperaron unos turistas en los acantilados del Cabo, justo en la zona donde perdió la vida en octubre del año pasado el policía nacional de Fuenlabrada (Madrid) Adrián Ruiz Munuera. Según informó el empresario Jesús Picallo, se las entregaron a su hijo Jacinto, que está al frente del bar O Refuxio en el propio Cabo después de alertar al 112 y a la Policía Local, para que después pasase a recogerlas la Guardia Civil.

Dentro de la mochila había una cámara de fotos, que hizo los últimos disparos entre el jueves y el viernes, un teléfono móvil y documentación, además de otros enseres personales. Incluso encontraron en ella una llave que podría ser de un hotel o un albergue, aunque no se conoce cuál, porque carece de identificación.

Los agentes encargados del caso, según confirmaron ayer algunos hosteleros de la zona, están contactando vía telefónica con los negocios de la zona para ver si el caminante de Corea del Sur pudiese estar registrado en alguno de ellos y dar así con su paradero.

A última hora de la tarde de ayer, lo que había trascendido sobre el peregrino, quien al parecer dirige un estudio de arquitectura en su país, es que llevaba unos 45 días recorriendo España y tomando fotografías y apuntes de distintos edificios.

Por el momento, según informaron el concejal de Seguridade de Fisterra, Xan Carlos Sar, y el responsable de Protección Civil, Pablo Casais, no se ha activado un dispositivo de búsqueda como tal y las fuerzas de seguridad tampoco han solicitado su colaboración.

Es la Guardia Civil la que está realizando sus pesquisas sobre el hallazgo de la mochila y la desaparición de la que esta ayer tarde se cumplirán las 48 horas, con todas las hipótesis abiertas: desde que fuese un simple olvido y el propietario pueda estar alojado en algún sitio de Fisterra o su entorno, hasta la más negra de las posibilidades, que se hubiese caído al mar en esta zona que tiene una orografía muy complicada.

De hecho, ese entorno, a la izquierda de la cruz mirando hacia el mar, más abajo de los puntos donde se producen mayoritariamente las quemas simbólicas de ropa y calzado, concentra el grueso de los incidentes ocurridos en Fisterra que, al margen de las desapariciones, incluyen también un importante número de rescates. La razón, prácticamente siempre, está vinculada con las imprudencias y con el desconocimiento del terreno, porque los envites del mar de fondo hacen que la altura de las olas sea mucho mayor de la esperada y que alcancen puntos que, en principio, podrían parecer seguros.

El propio Xan Carlos Sar, como ya hizo anteriormente el alcalde, José Marcote, y distintos responsables de seguridad, advierte de los excesos de confianza de muchos visitantes en una zona peligrosa. Por este y por otros motivos el Concello ha colocado cartelería de advertencia y tiene, desde este verano, vigilantes que se ocupan de ordenar el tráfico, pero que ya han tenido que actuar en algún incidente, como la extinción de conatos de incendio por la quema de prendas.

Imagen: Jorge Parri

Fuente: La Voz de Galicia

La desaparición de un peregrino revive temores en el Cabo Fisterra

cs12c1f1Localizaron su mochila el sábado en el sitio donde murió un policía madrileño

Por el momento no hay más que una mochila que quedó abandonada en el Cabo Fisterra, pero el sitio en el que fue localizada, que su dueño no haya aparecido día y medio después (al cierre de esta Edición), y todos los antecedentes que tiene la zona han revivido entre las fuerzas de seguridad, responsables municipales y vecinos los peores fantasmas de otros hallazgos similares que tuvieron un desenlace trágico.

Las pertenencias de Jim Ha Cho, un peregrino coreano de 41 años, las recuperaron unos turistas en los acantilados del Cabo, justo en la zona donde perdió la vida en octubre del año pasado el policía nacional de Fuenlabrada (Madrid) Adrián Ruiz Munuera. Según informó el empresario Jesús Picallo, se las entregaron a su hijo Jacinto, que está al frente del bar O Refuxio en el propio Cabo después de alertar al 112 y a la Policía Local, para que después pasase a recogerlas la Guardia Civil.

Dentro de la mochila había una cámara de fotos, que hizo los últimos disparos entre el jueves y el viernes, un teléfono móvil y documentación, además de otros enseres personales. Incluso encontraron en ella una llave que podría ser de un hotel o un albergue, aunque no se conoce cuál, porque carece de identificación.

Los agentes encargados del caso, según confirmaron ayer algunos hosteleros de la zona, están contactando vía telefónica con los negocios de la zona para ver si el caminante de Corea del Sur pudiese estar registrado en alguno de ellos y dar así con su paradero.

A última hora de la tarde de ayer, lo que había trascendido sobre el peregrino, quien al parecer dirige un estudio de arquitectura en su país, es que llevaba unos 45 días recorriendo España y tomando fotografías y apuntes de distintos edificios.

Por el momento, según informaron el concejal de Seguridade de Fisterra, Xan Carlos Sar, y el responsable de Protección Civil, Pablo Casais, no se ha activado un dispositivo de búsqueda como tal y las fuerzas de seguridad tampoco han solicitado su colaboración.

Es la Guardia Civil la que está realizando sus pesquisas sobre el hallazgo de la mochila y la desaparición de la que esta ayer tarde se cumplirán las 48 horas, con todas las hipótesis abiertas: desde que fuese un simple olvido y el propietario pueda estar alojado en algún sitio de Fisterra o su entorno, hasta la más negra de las posibilidades, que se hubiese caído al mar en esta zona que tiene una orografía muy complicada.

De hecho, ese entorno, a la izquierda de la cruz mirando hacia el mar, más abajo de los puntos donde se producen mayoritariamente las quemas simbólicas de ropa y calzado, concentra el grueso de los incidentes ocurridos en Fisterra que, al margen de las desapariciones, incluyen también un importante número de rescates. La razón, prácticamente siempre, está vinculada con las imprudencias y con el desconocimiento del terreno, porque los envites del mar de fondo hacen que la altura de las olas sea mucho mayor de la esperada y que alcancen puntos que, en principio, podrían parecer seguros.

El propio Xan Carlos Sar, como ya hizo anteriormente el alcalde, José Marcote, y distintos responsables de seguridad, advierte de los excesos de confianza de muchos visitantes en una zona peligrosa. Por este y por otros motivos el Concello ha colocado cartelería de advertencia y tiene, desde este verano, vigilantes que se ocupan de ordenar el tráfico, pero que ya han tenido que actuar en algún incidente, como la extinción de conatos de incendio por la quema de prendas.

Imagen: Jorge Parri

Fuente: La Voz de Galicia